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Jared Bonilla: "Su empatía hacia los pacientes con cáncer me motivó a dar el máximo por ellos"

Jared Bonilla y Raymond Arrieta antes de dar comienzo a la caminata Da Vida
Ha caminado nueve años por los pacientes de cáncer

Por Marianely Figueroa


Jared A. Bonilla Cortés, un joven aguadeño que desde sus nueve años ha sido partícipe de las caminatas Da Vida, del querido de todo el pueblo puertorriqueño, Raymond Arrieta. Caminatas que en su inicio realizó “por cuestión de ejercicio” y que a medida que pasaron los años se convirtieron en mucho más que ejercicio. Actualmente, Bonilla es estudiante de Biología en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Aguadilla con énfasis en Biomédica para más adelante estudiar medicina y convertirse así en Hematólogo Oncólogo; carrera que gracias a las caminatas y lo vivido en ellas, decidió estudiar.


Bonilla, de 21 años de edad, realizó su primera caminata en el 2009 ya que esta salía del pueblo de Aguadilla, llevándola a cabo junto a su tía, quien ha sido su acompañante a lo largo de los próximos nueve años.




¿En qué momento fue que dijiste: “quiero ser partícipe de las caminatas los próximos años”?


“Yo creo que fue al año siguiente, cuando tuvimos que hacer un esfuerzo más grande para participar de la caminata, porque ya no era en Aguadilla que estaba saliendo, ya no era en el área oeste, esta estaba saliendo de Fajardo. Cuando yo vi que nosotros empezamos a hacer ese esfuerzo para participar, comencé a ver las personas que caminaban, personas con sus cabezas rapadas debido al tratamiento del cáncer. También, comencé a ver a niños con pancartas con nombres de sus familiares, y a pesar de que yo tenía como diez u once años aproximadamente, pues eso a mí empezó a tocarme y, de verdad que, llenó mi corazón.” 


Fue en el 2014, cuando Bonilla decidió más allá de dar una aportación personal y caminar las rutas trazadas de Da Vida, sino que decide junto a una compañera de clase, recoger fondos en su escuela para los pacientes de cáncer.


“Yo estaba en la escuela intermedia, en noveno grado. Comenzamos a pedir dinero salón por salón, a los maestros, a los estudiantes, a las empleadas del comedor y ahí fue que lo pude llevar [el dinero recaudado] al programa de Fidelity donde estaba Raymond. Desde ese año fue que comencé a recoger dinero”, relató Bonilla.


¿Tuviste la oportunidad de conocerlo y entregarle el dinero en persona?


“Sí, exacto, exacto. Como yo digo: ‘Dios obra por caminos misteriosos’, y en una de las caminatas anteriores había conocido a una psicóloga. Por medio de ella fue que me pude contactar con Raymond. Yo le había escrito para algo y ella me dijo: ‘Mira Jared, ¿tú estás dispuesto a ir a una entrevista con Raymond mañana a las 6am?’ Y yo: ‘Muchacho, que sí qué’, nos tiramos para allá, me llevé el dinero en la mano y cuando estábamos en la entrevista pude conocer a Raymond. Pude conversar con él y en ese momento nos invitó para el programa Día a Día. Él nos dijo a mi familia y a mí: ‘Si quieren, no me des el dinero ahora y me lo entregas en el segmento de Plinia, para que sea más emotivo’, y así fue ese año y los años siguientes también.”




Jared Bonilla entregando el dinero recaudado a Raymond Arrieta. | Foto: Jared Bonilla, Facebook


¿Cómo es que te conviertes en parte del staff y te asignan como voluntario en las caminatas?


“Ya yo estaba en escuela superior, tenía como 15 o 16 años más o menos. Ese era mi anhelo. Cuando yo comencé a caminar y comencé a ver que me llamaba muchísimo la atención el evento y participar, yo le decia a mi tía: ‘Yo quiero esas camisas de los voluntarios. Yo quiero ser parte de ellos. Yo quiero recoger dinero’, pero obviamente, no había ningún niño participando de eso, que yo entendía.”


No fue hasta que un día no esperado para el joven, le preguntaron si quería una camisa de voluntario y ser parte del equipo, lo que con mucha alegría y entusiasmo, aceptó.


“Me acuerdo que la camisa que me dieron era como un medium de adulto y yo era un 10-12, una camisa súper pequeña, pero yo estaba súper emocionado por ese día y así fue, mientras pasaban los años me dejaron como parte de los voluntarios oficialmente”, expresó Bonilla.



Uno de los momentos más memorables durante las caminatas: "Me agarra y me dice: a mi papá lo desahuciaron"


Uno de los años que trabajaste como voluntario, tuviste la oportunidad de hacer la oración de inicio junto a Raymond y todo el staff antes de comenzar la caminata, ¿cómo fue esa experiencia?


“Fue una experiencia súper emocionante, porque antes de cada salida de la caminata de Raymond, están todo el staff, los periodistas. Hay muchas personas unidas esperando a que Raymond salga y también protegiéndolo por cuestion de que el público no lo arrope, de que las masas lo arropen y que haya mucha gente. Pero, la experiencia fue brutal, porque como te dije, estaban todas las personas y yo estaba un poco nervioso porque yo dije: ‘¿Qué palabras yo voy a decir? ¿Cómo yo voy a orar? ¿Qué yo voy a decir en ese momento?’ Pero estar con él, y estar ahí con todas las personas y poder orar, fue más que una bendición. Yo pienso que esa es la manera de que uno también pueda dar su testimonio y evangelizar de cierta manera.”


¿Has tenido la oportunidad de visitar el Hospital Oncológico?


“Sí, tuve la oportunidad de visitar el hospital, por un shadow. Es una experiencia que puedes tener con un profesional o con una persona de un área que a ti te interese, y yo pude hacerla con un hematólogo oncólogo del Hospital Oncológico en San Juan. Ese es el hospital para el que Raymond recoge dinero y cuando yo entré por esas puertas, yo dije: ‘Wow, tanto tiempo recogiendo dinero, tantos años caminando y por fin puedo ver los pacientes cara a cara, puedo ver a los doctores, a todo el personal médico’, fue una experiencia brutal.”



Jared Bonilla en el Hospital Oncológico de San Juan junto al Dr. Isaac González Martínez, Hematólogo Oncólogo Foto: Jared Bonilla, Facebook


En adición, Jared Bonilla fue seleccionado junto a diecinueve estudiantes a nivel isla para recibir el premio Joven Arquitecto del Siglo XXI, por sus labores comunitarias. Es un joven carismático, humilde y un ejemplo e inspiración para muchos jóvenes.


“El cáncer es una lucha que no se acaba, es una batalla constante. Ahí es donde uno piensa y uno dice: ¿Qué yo estoy haciendo para evitar eso? ¿Qué yo estoy haciendo para contribuir a esta causa? ¿Qué yo estoy haciendo para el beneficio de estas personas?, y ahí es donde me confronta no solo como ciudadano sino también como estudiante”, finalizó.

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